Porque en el día más oscuro, y en la noche más brillante, en nuestro glorioso blog entradas se suben, disfruten esta nueva -MARIO-
Este viernes
se cumplen mil 386 años de la muerte del profeta Mahoma, el último gran
mensajero de Alá, que significa Dios en árabe, y cuya palabra sentó los
preceptos de la religión del Islam que hoy en día siguen unos mil trescientos
millones de personas en todo el mundo.
Precisamente,
los seguidores del Islam, llamados comúnmente como musulmanes, reconocen a
Mahoma como el último de una larga cadena de mensajeros enviados por Dios para
actualizar su mensaje.
Este mensaje
de Alá a Mahoma derivó en la redacción del Corán, el libro sagrado del Islam,
el cual el mismo Alá dictó a Mahoma aun cuando este se creía un analfabeta, esto
a través de Yibril, el arcángel Gabriel.
Su nombre
completo en lengua árabe es Abu l-Qasim Mu?ammad ibn ?Abd Allah al-Hašimi
al-Qurayši, y nació en La Meca, en Arabia Saudí, el 26 de abril de 570, en la
cuna de una familia pobre.
Sin embargo,
cuando quedó huérfano a los seis años de edad, terminó siendo criado por su tío
paterno Abu Talib, un líder de la tribu Quraysh, la más poderosa de La Meca.
Con esto acompañó a su tío por viajes en toda la península arábiga y en
regiones del Medio Oriente, como Siria.
En sus
viajes, Mahoma comprendió y entendió las dos grandes religiones de la época: el
cristianismo y el judaísmo, lo que le ayudó a forjar más adelante al islam como
la tercera religión naciente.
A sus 25
años de edad, el profeta árabe se casó con Jadiya, una viuda con una gran
riqueza, y de la que él era criado, lo que le ayudó a escalar posiciones en la
clase social llegando a ser un comerciante respetado.
En el año
610, Mahoma pasaba noches enteras meditando en Hira, una cueva cerca de La
meca, donde tuvo la primera revelación del arcángel Gabriel. Jadiya lo motivó
para que comenzara a predicar en su ciudad natal.
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