Perfectos
desconocidos tiene grandes momentos que invitaban a
tener esperanzas en que acabase siendo una gran comedia, pero va desgastándose y al final uno simplemente acaba agotado
por la concatenación de casualidades necesarias para que todo eso suceda y que
nos creamos que todos fueran a exponerse tan alegremente a una situación así
cuando tienen cosas que preferirían ocultar. Con todo, el bagaje general acaba
siendo positivo, pero no por mucho. Aún así pienso que la película es muy
buena, ya que por suerte yo pude ir a verla y echarme unas risas, con el típico
final de squizos de Álex de la Iglesia. Recomiendo verla.
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